Es difícil imaginar, hoy en día, un mundo sin wifi: lo utilizamos en nuestros hogares y en nuestros trabajos y, cada vez más, en espacios públicos; es la forma más versátil y rápida de conectarse a internet, pero la realidad es que, a menos que se configure correctamente, una red wifi puede llegar a ser insegura e ineficiente. Por eso, conviene prestar atención a una serie de detalles que pueden hacer la diferencia, tanto en cuanto a rendimiento, como a seguridad.
Lo primero, incluso antes de configurar una red wifi, es considerar el uso que se le dará y el espacio en el que funcionará. Es decir que, por un lado, es fundamental determinar cuántos dispositivos se conectarán normalmente a la red y cuál será la demanda de recursos (que tanto ancho de banda se precisará); y, por otro lado, es importante tener una idea del espacio físico en el que va a funcionar la red wifi, ya que al ser una red inalámbrica es importante considerar cuestiones como las distancias y las posibles interferencias, para determinar el posicionamiento optimo del router (y, si es posible, el tipo de router, entre los cuales los routers Wi-Fi 5 y Wi-Fi 6 son los más modernos y potentes) y, de ser necesarios, de los repetidores o amplificadores de señal.
Una vez hecha la instalación de la red wifi, lo primero que hay que hacer es enfocarse en la seguridad. En este sentido, todos los routers traen una configuración preestablecida por defecto, tanto a nivel de cifrado, como de usuario y contraseña.
Para cambiar el nombre de usuario de tu red wifi (también llamado SSID) y su contraseña, así como para modificar la mayoría de las configuraciones de la red, debes acceder a la configuración del router. Para esto, debes conocer el IP de tu conexión y acceder con él a través de un navegador web:
- Si usas Windows, puedes encontrar tu IP accediendo a la ventana de comandos ([Tecla “Windows” + “X”] y clic en la pestaña que diga administrador, en Windows 10), escribiendo el comando ipconfig y buscando el número de ocho dígitos llamado Puerta de Enlace Predeterminada.
- En un ordenador Mac, debes abrir el menú de Apple y acceder a Preferencias del Sistema/Red/Preferencias de Red, y seleccionar “Wi-Fi” en el menú lateral.
Una vez dentro de la configuración del router, ya puedes cambiar fácilmente el SSID y la contraseña. Lo recomendable es utilizar una contraseña compleja. A modo de ilustración, a un hacker le tomaría apenas segundos descubrir una contraseña que conste únicamente de números, mientras que le tomaría varios años descubrir una que incluya mayúsculas, minúsculas, números y símbolos.
Lo siguiente a considerar, en cuanto a seguridad, es activar el cifrado o encriptación del router. La mayoría de los routers actuales traen esta configuración desactivada. Habilita un cifrado WPA2, que es generalmente el más seguro, o WPA3, que es un estándar nuevo de cifrado incluido en los routers más modernos.
Una última consideración de seguridad en cuanto al router es asegurarte de que el firmware del mismo, es decir, su sistema operativo, esté actualizado; además, si consideras que tendrás invitados conectados a la red periódicamente, es recomendable crear una red wifi secundaria con su propio nombre de usuario y contraseña.
En cuanto al rendimiento, una de las decisiones más importantes es el posicionamiento físico del router dentro del espacio en el que va a funcionar. A saber: la mayoría de los routers emiten su señal hacia abajo, por lo que la altura es un factor importante a considerar; a su vez, mientras más distancia haya entre un dispositivo y el router, más débil será la señal y más inestable la conexión. Por último, asegúrate de que no existan elementos que bloqueen la señal, dentro de lo posible (de nada serviría que dispongas el router dentro de un armario, por ejemplo).
Otra manera de mejorar el rendimiento es utilizar una configuración del router llamada Calidad de Servicio (QOS, por sus siglas en inglés), con la cual podrás priorizar uno o más dispositivos para que reciba, o reciban, una cuota desigual del ancho de banda disponible. Es decir, que puedes configurar tu router para que, sin importar cuantos dispositivos estén conectados a la red, tu ordenador reciba un 50% del ancho de banda en todo momento, de forma que tu conexión se mantenga estable.
Una última consideración: muchos routers modernos son de banda doble, lo que significa que emiten dos tipos de señales, una de 2,4 GHz y una de 5 GHz. Básicamente, la señal de 2,4 GHz tiene mayor alcance y sufre menos interferencias, pero suele ser más lenta; mientras que la señal de 5 GHz suele ser más rápida y estable, pero tiene menos alcance y es más sensible a las interferencias.